miércoles, 23 de septiembre de 2009

La primera carga por el callejón

En la plaza se produjeron dos cargas: la primera, la de las 20.50. Por el callejón entra una sección entera de Policía Armada. Quedarían en el exterior otras dos, aunque algunas fuentes hablan de una más, situada junto al parque de bomberos. La carga dura muy poco, aunque a los presentes se les hace eterna. Es verdad que se llevan por delante a algunos txikis, pero también es cierto que la mayoría se había quedado atrás en el callejón, y no habían llegado a entrar en la plaza. Se evitó así un mal mayor.

Al principio los antidisturbios cargan, tirando de porra, hacia la derecha, donde se aglomeran los abertzales de la pancarta. Pero casi enseguida comienzan a caer alguna almohadillas de sombra. Cuando el ruedo está ya casi vacío, lanzan las primeras pelotas de goma al tendido.

Después, los agentes permanecen alrededor de un minuto en el centro de la plaza, al parecer sin órdenes. Desde luego los sargentos no las saben, y hacen algún comentario al respecto. Pero parece que el teniente al mando tampoco : es importante este detalle, porque demuestra que los antidisturbios no sabían a qué habían entrado, y cobra fuerza la hipótesis de que les han mandado a disolver el tumulto del tendido tres.

En un tercer momento, los policías se retiran, y ahí sí, entre una lluvia de objetos desde los tendidos. Mientras se retiran, comienzan a lanzar botes de humo. Primero contra los tendidos de sol, y después también contra los de sombra. En poco tiempo la plaza se llena de humo, que incluso se verá desde el exterior. Varias docenas de mozos les persiguen en la retirada hasta el callejón, lanzándoles botellas y cubos.

Después, entre la primera y la segunda carga, que se produce a las 21.05, se produce un fuerte enfrentamiento en el callejón: la policía lanza material antidisturbios desde el callejón, y varias docenas de miembros de las peñas botellas y cubos desde la arena.

martes, 25 de agosto de 2009

Entrada en la plaza: ¿quién dio la orden?



31 años después, aún sigue sin estar clara la gran pregunta sobre lo ocurrido esos aciagos Sanfermines 78: ¿quién dió la orden de entrar a la plaza? Puesto que el sumario se perdió para siempre, y no se ha hecho público, sólo nos quedan especulaciones sobre este asunto. Probablemente nunca sabremos la verdad, pero es posible reconstruir, a partir de lo que sabemos, algunas conclusiones.

Tres personas podían haber dado la orden de cargar en el ruedo. Primero el Gobernador Civil, ignacio Llano. Y bajo él, el comisario jefe del CGP en Pamplona, Miguel Rubio, y el comandante de la Policía Armada, Fernando Ávila. Por encima de Llano sólo se encontraba el Ministro de Interior, y por debajo de Ávila, los oficiales, varios de los que mostraron su perplejidad ya desde los primeros momentos.
De Ignacio Llano sabemos al cien por cien que no lo hizo. El lo ha negado en todo momento desde la rueda de prensa del día 9, y todos los testigos en la plaza corroboran su sorpresa al producirse la carga en el ruedo. De hecho, la gran acusación contra él es su incapacidad para controlar a la Policía Armada durante ese día. La carga le pilla aún en el tendido, y los testigos lo ven sorprendidos y estupefacto. Después en varias ocasiones ordenó cesar las cargas: un representante de las peñas atestigua cómo su orden de cesar el fuego hacia las 21.15 fue ignorada por los antidisturbios. Podemos concluir que él no tuvo nada que ver. Además, él acusa directamente al comandante Armada de dar la orden.
El caso de Miguel Rubio es más complicado. Él achacó todo a un malentendido. Según su versión, se encontraba en el tendido cuando la pelea en el tendido 3 aumentó con varias decenas de personas implicadas. Al ver el cariz que tomaban los acontecimientos, ordenó a uno de los tenientes que "alguien entrara al tendido para separarlos". Despúes afirma que la orden se transmitió mal, que el teniente comunicó "entrad para separarlos", y que la orden llegó a los jeeps aparcados fuera ya deformada: "entrad, entrad", lo que supuso que los policías entraran cargando al ruedo. Esa noche, en la SER declaró que juraba "por sus hijos" no haber dado la orden. Lo mismo declara en el documental de Gautier.

La principal prueba contra él la proporcionan los testigos oculares y los testimonios gráficos que lo señalan como una de las dos personas vestidas de paisano que entran en el ruedo. Desde el primer momento, se le señaló como uno de los que esgrimían un arma durante la carga. Aquí puede verse al hombre de paisano entre los agentes:



Es verdad, no obstante, que ninguna fotografía (ver nuestro documento "Sanfermines 78. Los hechos tal y como sucedieron" o el dossier de las peñas de 1978) es concluyente. Pero si es verdad, y es efectivamente él quien muestran las fotos, entonces la orden podría venir de Rubio, sin error alguno, y sería responsable directo y premeditado de lo ocurrido, sólo o en compañía de Ávila. Hasta ahora, Rubio no ha negado que sea él quien está en el ruedo, y por otro lado a quien acusa es a Ávila, desgracidamente fallecido en 1985.

En la cadena de mando queda el comandante Fernando Ávila. Por debajo de él, ni el capitán ni los tenientes al mando sabían absolutamente nada: uno de los tenientes, en el ruedo, reconoce que no saben qué hacen ahí. En cuanto a Ávila, todos los testimonios lo presentan descontrolado durante toda la noche: entraba, salía del gobierno civil, daba órdenes al margen del gobernador, esquivándole o engañándole. Éste lo cesó de manera fulminante porque no se fiaba de él y le hacía responsable de lo ocurrido.
En relación con la entrada de la Policía Armada en la plaza, sobre él pesa la principal prueba: la orden de cargar debía pasar obligatoriamente por él. Tanto si Rubio está implicado en la carga del callejón -sea según su versión del error, sea por haberla tomado conscientemente y participar en ella-, la orden debía pasar por Ávila. Él estaba presente en la plaza y todos atestiguan que la cadena de mando se cumplió.

Y aún si Rubio se saltó al comandante, queda bajo su entera responsabilidad la segunda carga, la del patio de caballos. Cuando ésta se produce, hacia las 21.05, tanto Rubio como Llano han desaprobado la primera carga, y enviado órdenes de cesar las cargas. Sin embargo, los antidisturbios vuelven de nuevo a cargar desde el patio de caballos, algo que sólo es posible si quien comanda la fuerza da la orden.

Podemos asegurar con seguridad que la orden la dió Fernando Ávila, a espaldas y contra las órdenes de Ignacio Llano. Más controvertido es el papel de Miguel Rubio: aunque él dice ser inocente, muchos lo sitúan en el ruedo. Mientras no se despeje esta duda, el papel de Rubio será sospechoso.




miércoles, 19 de agosto de 2009

Sanfermines 78 Los hechos tal y como sucedieron

El texto es también descargable desde megaupload, en formato PDF.

http://www.megaupload.com/?d=8T1XIGC0
Bueno, pues ya tenemos el documento on-line, gracias a Charo, que nos ha dado la idea de cómo hacerlo de la mejor forma. Ahora trataremos de que se pueda descargar directamente para ser leído sin más.

En cualquier caso, aquí lo teneís:


Sanfermines 78. Los Hechos Tal y Como Sucedieron

martes, 18 de agosto de 2009

Saludos y presentación

La vida es curiosa. Todo este lío comenzó con algo tan normal como una boda celebrada en Arnedo en septiembre pasado. Entre copa y copa, barra-mesa-barra, y (como suele ocurrir en esta tierra nuestra) mientras nuestras mujeres bailaban, los hombres nos dedicábamos a arreglar el mundo, solucionar la crisis y salvar a la humanidad.

No sabemos cómo llegamos a este tema. Pero resulta que en la misma mesa habíamos coincidido tres personas que asistimos a los acontecimientos del 8 de julio de 1978 en Pamplona desde perspectivas muy distintas. Uno de nosotros estaba viendo la corrida en sombra, en el tendido dos, y después de los incidentes de la plaza pasó casi dos días encerrado en su casa de la calle Leyre. Otro de nosotros estaba entonces en "La Reserva" número 1, la Compañía de la Policía Armada del pañuelo rojo con base en Logroño. Para líar mas la cosa, el tercero también había estado en la plaza, se había manifestado tras la corrida y había corrido Carlos III arriba, Carlos III abajo, seguro que delante de nuestro nuevo amigo.
Al final, entre pacharán y pacharán, cubata y cubata, comenzamos a contarnos nuestras experiencias, a llenar lagunas. Como quiera que se nos hizo tarde y nuestras mujeres nos reclamaban, llegamos al compromiso de poner en orden recuerdos, hablar con amigos y familiares -por aquí nos conocemos todos- e investigar un poco por nuestra cuenta. Así hemos pasado varios meses. Gorka, hijo de uno de nosotros y aún estudiante de Periodismo, nos convenció de hacerlo más en serio y poner por escrito el resultado de nuestras averiguaciones en estos meses.

Aquí ofrecemos el resultado. A diferencia de otras iniciativas de claro corte político, a nosotros nos mueve sobre todo la investigación y la reconstrucción de lo que ocurrió en nuestra querida ciudad entre el 8 y el 11 de julio de 1978. El relato que ofrecemos no es definitivo, y seguro que puede ser rectificado, corregido y aumentado si alguien quiere hacernos llegar sus recuerdos. Para ello ponemos nuestro email: proyectosanfermines78@gmail.com a disposición de quien quiera hacernos llegar datos y comentarios.

No buscamos notoriedad pública. Preferimos mantenernos en el anonimato, porque además algunos de los hechos que narramos demuestran que los terroristas y sus amigos han ocultado hechos fundamentales de lo sucedido esos oscuros días. Ni siquiera queremos polemizar con ellos. Esto no va dirigido a esta gente, sino a los pamploneses de bien que sufrieron como nadie esos días, y a quienes, como Gorka, están interesados en saber qué paso.

Esta es nuestra modesta aportación

Muchas gracias por vuestro interés.


Proyecto Sanfermines 78
Pamplona agosto 2009